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Cáncer: ¿cómo prevenirlo y detectarlo precozmente?

En oncología, como en otras ramas de la medicina, el dicho “más vale prevenir que curar” cobra una importancia vital. Desde que una célula decide malignizarse hasta que provoca síntomas, en muchos casos transcurre un tiempo considerable. Esta es la razón por la que podemos hacer muchas cosas para prevenir que se forme un tumor maligno y, si se ha formado, detectarlo a tiempo. Vamos a situarnos entonces en dos escenarios: la prevención y la detección precoz.

Prevención del cáncer. Algunos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a que ciertos tumores tengan menos posibilidades de desarrollarse. El Instituto Nacional del Cáncer enumera las siguientes recomendaciones generales:

• Adoptar una alimentación saludable basada tanto en el consumo diario de frutas y verduras (al menos cinco porciones por día) y de legumbres, cereales integrales y frutos secos, como en la reducción del consumo de fiambres, embutidos, manteca, leche entera y de productos de pastelería, snacks y golosinas, entre otros.
• Realizar actividad física todos los días, al menos 30 minutos.
• Evitar el consumo excesivo de alcohol (más de dos vasos de vino o 350 cc de cerveza por día ya representa un exceso).
• Evitar la exposición al sol entre las 10 y las 16 horas y utilizar protectores solares y ropa que proteja la piel. Estas medidas deben extremarse especialmente en los grupos más vulnerables: niños menores de 3 años y personas de piel blanca, cabello y ojos claros. Es importante seguir estas recomendaciones no solo en verano sino en todo el año.
• Usar preservativo en todas las relaciones sexuales para reducir el riesgo de infecciones de transmisión sexual como el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), asociado con la probabilidad de desarrollar Linfoma y Sarcoma de Kaposi y el Virus del Papiloma Humano (VPH) asociado con cáncer de cuello de útero. Es importante aclarar que dado que el VPH se transmite por contacto sexual (por ejemplo, manos en contacto con zonas genitales), el uso del preservativo no evita totalmente su transmisión.
• Evitar el tabaco y mantener los ambientes libres de humo.

Estas recomendaciones, a pesar de ser generales, tienen un fuerte impacto no solo en las enfermedades oncológicas sino también en otras prevalentes como las cardiovasculares y metabólicas.

Detección precoz del cáncer. No todas las enfermedades oncológicas pueden detectarse tempranamente, pero algunas si y es por eso debemos conducir los esfuerzos hacia ellas. La clave en este punto es encontrar la enfermedad antes de que de síntomas. En esta lectura vamos a priorizar a los cánceres de mama, colon y cuello uterino, no ahondando sobre los de próstata y pulmón ya que en ellos la detección precoz debe ser individualizada.

¿Por qué no todas las enfermedades oncológicas se pueden detectar precozmente?
Para que una enfermedad pueda ser detectada precozmente y tratada con éxito tiene que reunir ciertas condiciones. Debe ser una enfermedad prevalente (habitual), detectable en etapa presintomática (mediante estudios, sin que haya signos o síntomas), que el método diagnósticos sea preciso y accesible (confiable, económico), que el tratamiento precoz en ausencia de síntomas sea mejor que cuando ya haya síntomas, y que el daño potencial de la intervención sea menor que el tratamiento no precoz (mejor la cura que la enfermedad).
Si la enfermedad no reúne estas condiciones no tiene sentido intentar detectarla en forma temprana (ej. cánceres de páncreas, ovario, etc.).

Cáncer de mama. Es el tumor maligno más frecuente en la mujer (aunque también puede haber casos en el hombre). El factor de riesgo más importante para padecer cáncer de mama es la edad: la mayoría se diagnostican a partir de los 50 años. Otro factor contribuyente es la carga familiar (especialmente si el caso fue en una paciente joven). Si bien estos factores no pueden modificarse, los siguientes sí y podrían disminuir la posibilidad de tener un cáncer de mama: ejercicio físico (caminata de 50 minutos 3 veces por semana), dieta baja en contenido graso, variada y con alto consumo de vegetales, peso dentro de los límites, no fumar y limitar el consumo de alcohol.
Las recomendaciones varían, pero queda claro que ninguna mujer debe pasar los 50 años sin iniciar los estudios para la detección precoz (la edad de inicio, en función de algunas recomendaciones, puede ser a los 40 años). El método diagnóstico principal es la mamografía digital, la que debe realizarse con un intervalo no mayor de 2 años (también puede realizarse en forma anual). En función de los resultados puede ser necesario realizar otros estudios que van desde una simple ecografía a una resonancia magnética.

Cáncer de colon. Es el tercer cáncer más frecuente y el 2do en mortalidad. Similar a las recomendaciones hechas para el cáncer de mama, las siguientes pueden disminuir la posibilidad de tener un cáncer de colon: consumo de dieta rica en fibras, especialmente vegetales y frutas, disminución del consumo de carnes rojas y grasas de origen animal, ingesta de productos ricos en calcio (lácteos), realización de ejercicio físico regularmente y evitar el sobrepeso, y disminución del consumo de bebidas alcohólicas y evitar el tabaco. Habitualmente la edad de presentación es a partir de los 50 años y se va incrementando al pasar los años. Puede haber casos en personas más jóvenes pero no son frecuentes.

En más del 90% de los casos hay una lesión que si se trata en forma precoz puede detener a la enfermedad en su fase inicial y sin demasiadas complicaciones. Esta lesión es el pólipo o adenoma, que tiene un crecimiento lento (de hasta 10 años), y que si no se extrae seguirá creciendo hasta transformarse en un cáncer invasor. Conociendo estos datos es que entendemos cómo podemos hacer para detectar el cáncer en forma precoz: visualizando el interior del colon mediante la endoscopía o analizando la materia fecal en busca de restos microscópicos de sangre.

La endoscopia digestiva baja o colonoscopía es un estudio en el que se visualiza el interior del intestino buscando lesiones en sus paredes y, si es posible, extraerlas en el mismo acto. Si bien tiene las contras de que requiere preparación previa para dejar sin restos de materia fecal el intestino (lo que conlleva destinar uno o dos días laborables al estudio) y demanda una anestesia mínima, es un excelente método. En caso de ser normal, debe repetirse a los 10 años. Por su parte, la búsqueda de sangre oculta en materia fecal (SOMF) por inmunoquímica también es un muy buen método porque no requiere preparación alguna y detecta cantidades mínimas de sangre, aunque debe repetirse todos los años.

Ambos estudios deben comenzar a hacerse a los 50 años de edad para la población general (puede ser antes en grupos especiales) y repetirse a los 10 años para la colonoscopía y al año para la SOMF.

Cáncer de cuello uterino. Es un tumor maligno que se origina en la parte inferior (cuello) del útero (matriz). Detectado en forma temprana, más del 90% de las mujeres se curan. La mayoría son jóvenes, y la probabilidad de desarrollar cáncer de cuello de útero aumenta a partir de los 35 años (máximo riesgo se alrededor de los 50 años). Se produce por una infección persistente de un virus llamado Virus del Papiloma Humano (VPH). Habitualmente no da síntomas, demorando varios años en ocasionar problemas. Para prevenirlo hay que evitar que el virus provoque cambios en el cuello del útero (vacuna contra VPH) y, si los genera, descubrirlos cuanto antes (PAP y test de VPH).

La vacuna contra el VPH se incorporó al calendario oficial de vacunación a partir del año 2011 y está destinada a niñas y niños de 11 años (en 2017 se amplió la cobertura para varones). Se colocan 2 dosis con un intervalo de 6 meses. Es gratuita y obligatoria.

El PAP (citología cervical, test de Papanicolau) sirve para detectar si existe algún problema en el cuello del útero antes de que se desarrolle la enfermedad. Si el PAP no es normal en la mayoría de los casos puede tratarse con un procedimiento sencillo y no invasivo. El PAP debe realizarse cada 3 años luego de 2 Paps anuales consecutivos negativos.

El test del VPH es una alternativa más novedosa al PAP, y sirve para detectar el VPH mucho tiempo antes de que provoque lesiones. Si el test es normal, se realiza nuevamente a los 5 años.

Para finalizar, hay un aspecto vital en la detección precoz y es la constancia en los controles. Cada persona debe entablar con su médico de cabecera un cronograma de estudios en relación a su sexo, edad y factores de riesgo, y sobre todo mantenerlo en el tiempo. Es fundamental tanto ingresar como mantenerse en un programa de prevención precoz del cáncer, y difundir esta información entre familiares y amigos. Recordar siempre, más vale prevenir que curar.

Dr. Eduardo Gonzalez.
Especialista en Oncología Clínica.
Sanatorio Americano – Rosario.
eduardo.a.gonzalez@hotmail.com