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Envejecimiento Cutáneo

El envejecimiento cutáneo es un proceso biológico, natural que depende de diversos factores que provocan una serie de cambios en la estructura de la piel.

Funciones de la piel humana que disminuyen con la edad:
-Función de barrera
-Reposición celular
-Reparación del DNA
-Hidratación
-Protección mecánica
-Percepción sensitiva
-Termorregulación
-Producción del sudor
-Cicatrización
-Producción de vitamina D

Características de la piel fotoenvejecida:
-Piel seca que genera prurito
-Pigmentación irregular (pecas, léntigos, hiperpigmentación difusa, hipopigmentación en gotas)
-Arrugas, surcos
-Falta de elasticidad
-Telangiectasias
-Lagos venosos
-Púrpuras (tendencia a hematomas)
-Hiperplasia sebácea
-Comedones

Ciertos factores pueden aumentarlo o anticiparlo: la contaminación ambiental, el estrés, el tabaco, enfermedades sistémicas, desnutrición y el sol lo agravan. El fotoenvejecimiento es la superposición del daño crónico inducido por la radiación ultravioleta al envejecimiento intrínseco y es responsable de la mayoría de los cambios del aspecto de la piel asociados con la edad.

Con la edad se observa un adelgazamiento de la epidermis, o en ciertos casos un engrosamiento como mecanismo de defensa por alteración de las fibras de colágeno y de las fibras elásticas, cambios en la vascularización: dilatación con enrojecimiento, o disminución por exposición prolongada. Las actividades al aire libre, deportes o trabajo, aumentan las posibilidades de padecer cáncer de piel sobre todo en zonas expuestas (cara, cuello, escote, cuero cabelludo en personas calvas). Es de observar el aumento de cáncer de piel en las orejas desde que el hombre dejó de usar sombrero en su vestimenta habitual.

Las personas de piel y ojos claros (fototipos I – II) son las más sensibles al daño solar por la menor cantidad de melanina, con el consiguiente aumento de la penetración de radiación UV en la piel.

La radiación solar activa mecanismos inmunológicos que son responsables de los daños en el ADN que predisponen a tumores de piel. También puede generar reacciones fototóxicas y fotoalérgicas en personas susceptibles (por ejemplo por el uso de ciertos medicamentos y la exposición al sol).Los adultos mayores tienen más probabilidad de sufrir dichas reacciones por estar, en general, polimedicados.

Es rol del dermatólogo educar a la población, creando hábitos:
-Respetar los horarios para la exposición solar (evitar las horas pico de 11 a 15 hs).
-Uso de pantallas solares adecuadas, incluso en días nublados y renovarlas cada dos horas y después de sumergirse en el agua.
-Evitar la exposición en la primera infancia. No usar pantallas en menores de 6 meses.
-Control de lunares por medio de la inspección ocular y del dermatoscopio. En ciertos casos es recomendable una dermatoscopía digital.
-Evitar el uso de “camas solares” que emiten radiación UV y que si se utilizan en exceso o sin supervisión causan un daño irreversible.
-Una dieta equilibrada con frutas, verduras de hojas verdes, fibras y agua en cantidad es indispensable para una piel sana.

Menopausia
En la menopausia se observan cambios en la estructura facial. El “triángulo” de la cara juvenil con base en los pómulos y vértice en el mentón se va transformando en un “triángulo invertido” con base en los maxilares que genera la llamada “cara de bulldog”. Esto puede afectar el estado de ánimo de algunas mujeres que quieren mantener un rostro juvenil. Muchos tratamientos buscan revertir este proceso que debe ser lo más armónico posible. Es responsabilidad del médico buscar un equilibrio entre lo que el paciente quiere y lo que le conviene. En la actualidad la mayoría de las personas quieren lucir eternamente jóvenes., para lo cual se enfrentan cada vez más a una cantidad de ofertas del mercado que van desde cremas hasta tratamientos más complejos.

Tabaco
El hábito de fumar incrementa el fotoenvejecimiento, más aún en mujeres. Disminuye el contenido de agua de la capa córnea y produce disminución de estrógenos de la piel, lo que agrava la sequedad y la atrofia.

Los fumadores tienen menor capacidad de curación de las heridas, mayor incidencia de cáncer de piel, así como cambios similares al fotoenvejecimiento, en comparación con los no fumadores, debido a los mutágenos presentes en el humo del cigarrillo.

Tratamientos indicados:

-Uso de cremas adecuadas de manera rutinaria de acuerdo al tipo de piel del paciente: humectantes, ácido retinoico, alfahidroxiácidos)
-Antioxidantes como por ejemplo la vitamina C que estimula la síntesis de colágeno y puede revertir el daño provocado por la radiación UV. Se puede aplicar en cremas con buenos resultados. La vitamina E es un potente antioxidante. Se recomienda el consumo de té verde.
-Peelings
-Restricción calórica en la dieta
-Microdermoabrasión (aparatos con presión negativa y punta de diamante)
-Láseres, luz pulsada
-Rellenos faciales
-Otros


Dra. Casim Graciela - Dra. Martínez Marisa
Dermatólogas
Sanatorio Americano.