Es un procedimiento que permite explorar el funcionamiento cognitivo de un individuo que comprende las áreas de: memoria, atención, orientación, cálculo, lenguaje, funciones ejecutivas y funciones visuoespaciales. Se utiliza una batería de tests estandarizados, administrados por un profesional especializado en la materia y consta de una entrevista de dos horas.
La evaluación sirve para:
- Determinar si existe deterioro cognitivo, como presentación de una demencia
- En pacientes con traumatismos de cráneo, ACV, DBT, depresión y/o ansiedad, enfermedad de parkinson, esclerosis múltiple, HIV, que presentan deterioro del funcionamiento cognitivo-conductual
- Monitorear el curso o progresión de una enfermedad ya detectada
- Documentar el grado de recuperación de una determinada enfermedad neurológica en recuperación